Me llamo Suleimán

Nada suena extraño en esta narración. Todo lo que se cuenta lo conoce bien el posible lector por los medios de comunicación, por las noticias o por los reportajes más próximos a los reality: La emigración de Africa (de Mali en este caso) de personas jóvenes que buscan en Europa una salida a su situación de miseria y opresión. La llegada a España que vuelve a convertirse, no en el paraíso anhelado, sino en un nuevo infierno. La singularidad de esta obra reside en el modelo narrativo escogido para transmitir esta peripecia humana: la autobiografía en forma de confesión. Hasta el final el lector no sabrá a quién está contando Suleimán su peripecia vital en la que va desvelando los acontecimientos que le han llevado a su destino. Reconstruye su pasado, reflexiona sobre sí mismo y explica también los hechos sociales y políticos que sostienen esta realidad. El libro, a veces, se detiene en digresiones y la narración se ralentiza pero al protagonista le parece importante explicar su situación actual contando sus orígenes. Si lo que ocurre en el libro es esperado por sabido, merece la pena poner esta narración en manos de los lectores por la carga emocional que transmite una voz personal, alguien a quien se termina conociendo que añade a los dramas impersonales de cada día el dolor vivido y una profunda sensación de injusticia.